Título: Los invisibles

Texto e ilustración: Tom Percival

Editorial: Andana

Edad recomendada: A partir de 4 años aprox.

Fecha de publicación: Febrero 2021

Menuda maravilla de libro ha ido a caer en mis manos. Qué gozada, qué pasada, ¡qué todo! Es uno de esos títulos que, según los lees, te conquistan de principio a fin y no puedes hacer otra cosa que sentir que es un auténtico imprescindible. ¡Ojo! ¡Para adultos y para niños! Una de esas lecturas que todos, todos, todos deberíamos hacer en algún momento de nuestra vida.

Isabel es una pequeña con una sensibilidad única, o eso es lo que me transmite a mí desde el principio. El frío comienza a llegar, así que se abriga todo lo que puede con su jersey favorito. Su familia no puede permitirse encender la calefacción ni hacer algunas cosas que, para otras personas, son lo más corriente del mundo.

Pero Isabel es feliz porque sabe que tiene lo más importante que puede tener una persona: el amor de su familia. Se tienen entre ellos, los unos a los otros, y eso, al fin y al cabo, es lo único que necesitan.

Pero un día todo cambia e Isabel, junto a su familia, tiene que dejar su casa para mudarse a la zona más alejada de la ciudad. Las cosas no van bien, ya no pueden hacer algunos pagos y las facturas empiezan a acumularse. Por primera vez en su corta vida, Isabel no encuentra nada bueno en aquel lugar. Lo intenta, pero no lo consigue.

De pronto, la pequeña Isabel empieza a sentirse invisible. La gente pasa a su lado y ni la mira, las familias que viajan en coches resplandecientes, incluso, parecen mirar a través de ella. De forma inevitable, Isabel se siente invisible.

Es en este preciso momento, al sentirse invisible, cuando Isabel empieza a ver algo que nunca antes había visto: hasta ese instante, también había habido personas invisibles para ella. En cuanto es consciente de ello, entiende que tiene que hacer algo por cambiarlo. Será pequeña, hará cosas pequeñas, pero seguro que está en su mano parte del cambio.

La lectura de este libro me ha hecho replantearme muchas cosas del día a día. La primera, priorizar y relativizar. Está claro que cada uno nos quejamos de lo nuestro, pero muchas veces son cosas tan irrelevantes… Por otra parte, me ha enseñado a no mirar hacia otro lado por mucho que duela la situación que se nos plantea delante. Ojo, me pongo la primera en hacer invisible lo visible, pero Isabel me ha enseñado mucho con su historia.

Leedlo, disfrutadlo, dejaos llevar por sus ilustraciones. Es un libro imprescindible en toda regla, os lo aseguro.

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