Viriditas

Se enfrentaban a desafíos difíciles.

Navegar alrededor del mundo; salvar a su familia de la pobreza o de la cárcel; derrotar a un parásito mortal; evitar que sus gentes muriesen de hambre.

Los desafíos eran doblemente difíciles porque eran mujeres, y muchos las creían menos inteligentes, menos capaces que los hombres.

Por suerte, ahí estaban las plantas. Que no habían llamado tanto la atención de los estudiosos porque muchos las consideraban menos interesantes, no tan vivas como los animales.

Y nació un equipo perfecto.

Gracias a las plantas ¿¡y a una buena dosis de suerte!? Jeanne Baret dio la vuelta al planeta, Elizabeth Barber sacó a su marido de prisión, Tu Youyou ganó un premio Nobel.

Gracias a las mujeres, la caña de azúcar se volvió más dulce, muchas algas del Pacífico consiguieron nombre, las patatas aprendieron a convertirse en harina.

Y así, pasito a pasito, mujeres y plantas cambiaron el mundo. Lo llenaron de viriditas: verdor divino que alienta la vida y la buena energía.

Estas son algunas de sus historias.